


Del 20 de enero al 23 de marzo de 2005
Fundació Caixa Carlet
Sala de exposiciones de la Casa de la Cultura de Carlet
Esta exposición, que recoge una muestra importante de la obra gráfica de Manolo Valdés y Rafael Solbes de 1966 a 1981, nace de una idea muy concreta: sacar a la luz todo el trabajo que Equipo Crónica realizó con la pretensión de que las creaciones de los artistas no estuvieran siempre predestinadas a estar en las paredes de los museos como piezas inalcanzables y formaran parte de la cotidianeidad. Su obra gráfica permite que el arte no sea una ilusión inaccesible: las serigrafías que conforman esta exposición son Crónicas Privadas porque pertenecen a colecciones personales. Son un retazo de la trayectoria de estos artistas que se ha colado en la vida de todos y cada uno de sus dueños.
Si algo caracteriza al Equipo Crónica es su sistema de trabajo. Inician su trayectoria con la clara finalidad de diluir sus individualidades artísticas en pro de un proyecto común, con criterios plásticos y teóricos unificados, donde no se conociera a Manolo Valdés como Manolo Valdés y a Rafael Solbes como Rafael Solbes, sino como Equipo Crónica. El constante cuestionamiento de los tópicos concebidos y utilizados para referirse al arte y los artistas, tales como el “genio creador”, la “inspiración”, la transmisión de “sentimientos” propios o la “huella personal” del artista debían desaparecer y dar paso a un procedimiento de realización más próximo al de un obrero en una fábrica de producción en cadena que a la tradicional imagen del artista bohemio embebido y ensimismado en sus propios pensamientos, creencias y creaciones. De este esquema de trabajo pueden extraerse otras justificaciones de su producción artística. Por una parte, el distanciamiento de los procedimientos clásicos de creación plástica desemboca en una de sus grandes verdades: el acercamiento de la obra de arte al espectador. Su pretensión primera y última es provocar que sus composiciones artísticas no resulten ajenas a la vida cotidiana y al tiempo, que por su dudoso carácter de obra suprema –al tratarse de una creación de la alta cultura, del fruto de la erudición de los iluminados- no sean incomprensibles ni tampoco inalcanzables –si nos referimos a la vertiente crematística del arte.


El hecho de que las creaciones artísticas sean accesibles para cualquier persona, coincide de lleno con la producción gráfica. Si bien las pinturas se realizaban en la mayoría de ocasiones para exposiciones, las serigrafías tenían normalmente un destino muy distinto. La obra gráfica respondía al criterio del Equipo Crónica de aproximación del arte al público. Su bajo costo de realización en comparación al costo económico y de ejecución de un lienzo, permite su venta también a precios mucho más asequibles al bolsillo de cualquier ciudadano. Con esto se conseguía un triple objetivo: lograr que su producción pudiera ser adquirida por cualquiera interesado en su obra, hacer posible que su planteamiento ideológico llegara donde más les interesaba, al “pueblo”; y por último, y no menos importante, la venta de estas obras permitía obtener los beneficios necesarios para seguir trabajando.
Por otra parte, lo que facilita la comprensión de la obra del Equipo Crónica es la sobriedad de recursos artísticos en sus obras, la objetividad plástica con la que expresan sus reflexiones. La escasez de recursos artísticos clásicos y una figuración a partir de estructuras conocidas hacen que sus creaciones artísticas gocen, en muchas ocasiones, de las particularidades de un reportaje periodístico. Esta pretendida objetividad la consiguen basándose en dos características formales propias del universo Crónica: una composición espacial simple y un uso de colores y tintas planas. Otras dos características harán el contrapunto oportuno, puesto que son las que están en relación directa con la conceptualización de la obra: la seriación y la utilización de figuras y formas de otros estilos y artistas, o fuentes iconográficas diversas provenientes del cine, los medios de comunicación o la vida cotidiana, pero siempre con una clara interrelación con lo que se pretende contar.

Pero puede que lo que más sorprenda al espectador es la recuperación de personajes y símbolos pintados en las obras de otros artistas como Velázquez, Goya o Picasso. Lo hacen porque los admiran y, especialmente, porque sirven a su ejercicio pictórico. La Historia se ha encargado, con el transcurrir de los años, de consagrarlos como los grandes maestros de la pintura. Asimismo, los personajes, símbolos y situaciones plasmadas en sus lienzos se han convertido en elementos fácilmente reconocibles, en arquetipos sociales. Pero no nos equivoquemos: Equipo Crónica no reinterpreta las obras de estos grandes pintores, tan sólo utilizan esas figuras como símbolos anacrónicos pero intemporales, donde lo realmente importante no es la época en la que existieron o su relevancia histórica, sino lo que representan y cómo sirven igualmente para contar otros acontecimientos.
El humor y la crítica ácida son otros de los grandes logros de Crónica. Son indiscutibles las grandes dosis de humor con las que presentan este collage diacrónico. Consiguen así de nuevo desmitificar en cierta manera la leyenda áurea del arte, los artistas y sus obras y, también, al mezclarlos impúdicamente con escenas cotidianas hacen más amena la lectura y comprensión de su mensaje.
En l’exposició Crònica Privada veurem part de les creacions gràfiques de la seua trajectòria artística, realitzades entre la IBER-SUÏSSA i la Galeria *Val i 30, a càrrec de Lola Giménez. Si realitzem un recorregut cronològic contemplarem: Condecoracions, una de les seues primeres serigrafies, en relació amb la crònica quotidiana nacional i internacional i en la qual utilitzen la fragmentació de la imatge (en comptes de la seriació), i altres serigrafies com El Barroc Espanyol, La Taki-Meka, el Suplici, Joc Perillós, Felipe i la pinzellada o Guernica, en les quals la translació i el maneig dels símbols dels pintors consagrats (per a donar-los un nou significat) es converteixen en el nucli conceptual de les obres que aborden problemàtiques nacionals, formen part de la seua primera època. Les serigrafies de la Carpeta Sèrie Negra, on els assumptes tractats (una reflexió sobre l’activitat pictòrica, la violència i l’acció de les novel·les policíaques que van influir en la seua generació i els anys de la postguerra) s’articulen principalment entorn de figures típiques del cinema negre americà acompanyades d’imatges que remeten subtilment a la resta de temàtiques i la sèrie Un lloc, una data, una imatge, en reconeixement (no desproveït d’una certa mordacitat) als intel·lectuals espanyols. La complexa sèrie del Billar, formada per serigrafies i litografies (procediment que no era l’habitual), en la qual la taula i el joc del billar es converteixen en una metàfora que desemboca en una reflexió sobre la pràctica artística. La sèrie El Crim de Conca és una col·lecció de serigrafies impactant per la duresa de la seua composició i cromatisme, coincident en el temps amb la filmació de la pel·lícula de Pilar Miró sobre aquest succés i amb una clara manifestació sobre la violència i l’Espanya Negra; i, per fi, Dt. Jolie, de 1981, corresponent al seu últim període com a Equip, en la qual les al·lusions al cubisme de Picasso són evidents.
Equipo Crónica, desde sus comienzos como grupo de trabajo en 1965, sintió la necesidad de encontrar un modo de representación propio que distara de lo que se estaba haciendo y se había hecho en el campo artístico español hasta esos momentos. Su propia crisis creativa actúa como revulsivo, ya que sus orígenes artísticos, que pasaban por un Informalismo matérico –en el caso de Valdés- y por una tendencia expresionista –si nos referimos a Solbes-, no les satisfacían por completo. Las influencias de las últimas tendencias europeas que suponían una vuelta de tuerca al Pop Art americano (por cuanto que profundizaban en un pensamiento claramente de reivindicación social y de acercamiento al espectador más allá de la pura iconografía de los mass media y la sociedad de consumo) conformaron las directrices de su trabajo. Así nace el estilo Crónica: la actualidad como recurso y discurso, la reflexión constante sobre las grandes verdades creadas por la historia y una crítica ataviada de un ingenio y un humor colosal hacen de sus metáforas visuales un laberinto ideológico para el que existen numerosas salidas, a cual de ellas más apasionante.